6 de Agosto de 1945 Hamburgo, Alemania
Querido Hans,
Aprovecho este vuelo clandestino de mi
amigo Von Techner a Tokio para enviarte esta carta, la cual quiero que leas con
mucha atención. Te informo algo que probablemente no sepas, debido al
estricto control de prensa que con toda lógica impuso
el emperador. Una terrible bomba ha estallado hoy en la isla de Hiroshima,
destruyendo prácticamente por entero la ciudad. No sé hasta cuándo van a
sostener esta desinformación al pueblo japonés, pero tarde o temprano se sabrá.
Imagino que ya te habrán informado que la embajada alemana ha quedado
desautorizada por el gobierno de los Aliados, y créeme, se están cobrando venganza.
Hay una verdadera caza de funcionarios de nuestro partido. Por suerte mi rango
menor me libera de toda sospecha de, ¿puedes creerme?, hablan de crímenes de
guerra. Nosotros, los que intentamos llevar la antorcha de la civilización
occidental a las tierras bárbaras de Oriente. No me refiero al Japón, claro.
Sino a China y Rusia, tú sabes, esos pueblos parásitos.
Pero no es de eso que quiero hablarte. Escúchame
bien (sé que suena cómico decir escúchame al tratarse de una carta, pero lo que
voy a decirte no es en absoluto cómico). No creo que los generales permitan la
rendición incondicional a Hirohito. Y lo que se comenta es que los
norteamericanos ya están preparados para lanzar otra de esas bombas. Te lo digo
en serio. Ahora trabajo para uno de los administradores de suministros aquí en
Hamburgo, mi jefe es un coronel norteamericano. Muy buen tipo, a pesar de ser
judío (esto te lo digo en confianza, ya no es conveniente hablar de esta
manera). Pues bien, según él, la próxima bomba caerá en la isla de Kyushu. Sí,
como te digo. Y me preocupo por ti, Hans. En tu última carta dijiste que dado a
como estaba la marcha de la guerra ibas a mudarte precisamente a esa isla. Si
aún estás a tiempo, no lo hagas. Tampoco te aconsejo quedarte en Tokio, ya que
los Aliados estarán allí de un momento a otro. Guárdate mejor en una de esas
islas de que las que nadie ha oído hablar en occidente. Vete allí cuanto antes,
hoy mismo si puedes. Dicen que es muy tranquilo Nagasaki. Refúgiate allí,
estarás más seguro. Por favor cuídate.
Te envío mi fraternal abrazo de camarada, y
espero verte en tiempos mejores.
Heil Eisenhower!!! (sí, Hans, mejor cambiar
a que te cambien)
Tu amigo Wilhelm
Eduardo Goldman
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